Saldo Tercera Cuota: "Período sicodélico parte 2"

Continuamos el relato de las desventuras de este intrépido cibernauta, querida lectora.

Si bien es cierto, la "Cannabis Sativa" nunca me había llamado mucho la atención, no me había sido una total desconocida. En los tiempos de liceo era habitual que su olor estuviera impregnando todos los rincones de nuestros no tan elegantes servicios higiénicos. Sin embargo, consideraba como unos verdaderos idiotas a sus consumidores. Eso, y mi habitual práctica del deporte rey, me alejaban de cualquier posibilidad de consumirla. Pero, ahora estaba en mi período sicodélico, y llegué a la U no cerrándome a ninguna posibilidad. Además, había leído mucho acerca de la historia de diferentes grupos musicales que yo admiraba, y que ciertamente la fumaban como una forma de abrir "las puertas de la percepción", lo que se reflejaba en sus composiciones...¿será tan así? pensé...

La primera vez que fumé fue en un paseo de curso que hicimos a Horcón, a la casa de una compañera de curso. Después de armar la tradicional fogata en la playa, y de preparar un elixir mágico que consistía en un asqueroso vino de durazno, procedente de una garrafa de plástico (el tradicional chimbombo) comenzó a correr un tutú (así le decíamos al pito de marihuana). Las primeras veces pasé, pero después de terminar la tercera ronda, acepté el segundo pito que se prendió. Cometí el error de los principiantes, el de aspirar profundamente el humo, el que quemó mi garganta. Ni siquiera sabía fumar cigarros, entonces el empezar fumando marihuana fue un verdadero error. Tosí como chango, ante lo cual tuve que tomar un largo sorbo de vino, la verdad, no se que fue peor... Después de fumar una segunda pitiada, esperé el efecto de esta droga prohibida en mi organismo y..... no pasó absolutamente nada. No vi pájaros volando al revés, ni vinieron a mi mente melodías sicodélicas, ni me creí superman. Era el mismo idiota de siempre sintiéndome más imbécil... tanto color para esto, publicidad engañosa, pensé.

La segunda vez, fue algo diferente, pero no fue en la U. Resulta, que un día estaba jugando a la pelota con los amigos de la población, cuando veo a la distancia una silueta flaca y alta que se acercaba en bicicleta. El enigmático ser detuvo su vehículo y se estacionó, para, posteriormente, gritar mi apodo a todo pulmón: "Destructor intrépido" gritó con todas sus fuerzas... ya, esta parte es mentira, pero como la historia te la estoy contando yo quería quedar bien ... "tito, tito" gritó mi amigo, que resultó ser el Alejandro Videla. "Videlistro", como después le decíamos, fue uno de mis mejores amigos de la básica. Después se fue a estudiar a Valparaíso la enseñanza media, para volver a Villa Alemana cuando yo cursaba el tercero medio. El fue el culpable que me empujó a tocar guitarra, y era el líder de nuestro primer grupo musical "Los Marditos". Siempre consideré al Videlistro como el más inteligente del grupo. Junto con ser un gran lector, tenía una viveza que le habían dado sus años viviendo en un hogar de menores. Lamentablemente, su familia era muy pobre, y al salir del liceo tuvo que entrar inmediatamente a trabajar, es por esto que no pudo entrar a la universidad. El motivo de su visita, después de un largo tiempo sin vernos, era invitarme a su cumpleaños. Él sabía perfectamente que yo no era muy fanático de las fiestas (era un pésimo bailarín) pero se alegró harto de que yo aceptara sin hacerme de rogar.

El jolgorio fue un día sábado, y cuando llegué, me di cuenta que el evento era con tutti. Había mucha gente que no conocía, pero también estaban mis amigos del liceo, así es que me quedé con mucho agrado. Pasado un rato el Videla nos dijo que fuéramos al patio de atrás (su familia vivía en una quinta muy grande que ellos cuidaban), para fumarnos un tutú. Mi amigo siempre era muy respetuoso conmigo, y me dijo que si no quería fumar no lo hiciera. Yo le dije que no se preocupara, que igual me gustaría acompañarnos. Años después me enteré que los árboles frutales que tenía la quinta era sólo una fachada, pues el verdadero negocio era el cultivo de marihuana, del cual estaba encargado su padrastro. Videlistro prendió un pito y comenzó a repartirlo entre los amigos. Esta vez, fumé con más cuidado, aspiré cuidadosamente el humo y.... no pasó nada. No te miento que sentí una decepción (a lo mejor soy inmune a esta porquería, pensé). Cuando se acabó el tutú, Videlistro nos dijo que nos tenía un regalo: un pito para cada uno, pero este hay que fumarlo adentro, viendo un video de los Doors, agregó.

Al rato entramos a la casa, y nos sentamos en el living. El grueso de los fiesteros estaba afuera de la casa, bailando al ritmo de la música de moda. Videlistro, como en un rital, apagó las luces, prendió la tele y puso un video de los doors. Ya cauros, así se fuma hierba, dijo el dueño de casa. Prendí el pito y comencé a fumar, sabiendo que esa porquería no tenía el menor efecto en mi. El video estaba bueno, pero me llamó la atención lo bien que se escuchaba, para ser una tele tan antigua.... y los bajos, que bien se escuchan esos bajos, pero le voy a poner oreja a la guitarra...nunca me había percatado de los bien que se escuchaba la guitarra. Si bien me gustaban los doors, era, sin dudas, el mejor concierto que había escuchado en la vida, y en esa casa tan vieja, cuánto tendrá esta casa, 50 o 70 años, porque era de adobe.. y si tiembla, capaz que la casa se me caiga encima y no podamos arrancar, pero no importa, porque estoy al lado de la puerta, además están lo papás del videla... no, dijo que no estaban, por eso podemos fumar adentro.. pero si no están, porque se escuchan tantos pasos adentro..pero si adentro no hay nadie ¡¡¡¡ deben estar penando siiii ¡¡¡ esta casa es súper vieja y deben penar pesado... y esos pasos.. se escuchan unos pasos lejanos, pero..que tan lejanos son... se están acercando, y se acercan hacia mi...changos, que hago.... me voy a arrancar.. pero no me puedo parar, tengo las piernas dormidas.. o me da flojera pararme...pero los pasos están más y más cerca, se escuchan al lado mio..... en ese instante abrieron la puerta... era uno de los invitados que iba a buscar hielo a la cocina... en ese instante me di cuenta que no era inmune a la marihuana..

No te miento que a partir de ese día, comencé a fumar casi todos los fines de semana. Nunca compré y creo que nunca me hice dependiente de la sustancia. En aquellos tiempos, la hierba era más natural y no la combinaban con tantas porquerías como ahora. Pero, con el paso del tiempo, me di cuenta que no era de los volados alegres, era del otro grupo, de los depresivos. Después de fumar, me quedaba pegado mirando el fuego de la fogata que casi siempre nos acompañaba por las noches de sábado. Comencé a sentirme cada vez más bajoneado después de fumar y eso me dio miedo. No me extrañaría haber llegado a realizar cosas autodestructivas. Es por eso, que nunca más consumí. De eso ya van como 12 0 15 años. Algunos amigos consumen habitualmente, yo puedo estar a su lado, pero no me dan ni ganas. Ahora tengo un nuevo vicio... escribir historias de vida para ser leídas por  la más fantástica cibernauta que alguna vez pensé en conocer... Ojalá te halla gustando este posteo, y me despido hasta una nueva reunión es este sillón, no sin recordarte que te quiero mucho y que me alegras la vida cuando escucho tu voz.... Te quiero mucho, bella cibernauta...



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