Cuota 20: "Abrazo de Gol"

Me parece que hace un tiempo conté una historia que retrata, al menos para mí, que el fútbol no es nada más que una metáfora de la vida. La primera vez que tuve certeza de esto, fue hace muuchooos años, cuando jugaba en mi querido club de barrio. En aquellos tiempos, llagábamos un poco más temprano a la cancha, para ponernos nuestras camisetas desteñidas, las calcetas llenas de hoyos y una canilleras que solo eran pedazos de cartón recortados al lote, ya que no se nos permitía jugar sin protegernos las piernas, pero tampoco teníamos plata para comprar canilleras de verdad. Una vez que ya estaba vestido, me senté junto a la cancha para ver el partido que iba antes que el nuestro. Era la "división adulta": 22 viejos carreteados que se pegaban cada patada que me llegaba a doler a mí. En ese momento, me di cuenta que a mi lado estaba el entrenador de nuestro equipo, conversando con un amigo, analizando detalladamente los sistemas de juego aplicados por esos equipos de vejetes. En eso, mi entrenador le dice a su amigo que se fije en uno de los jugadores. No era el más talentoso, pero corría más que todos. Subía y bajaba a cada rato y, pese a que se lo pasaban siempre, el se devolvía y continuaba marcando, a pesar que el pobre hombre ya no podía correr. Nuestro entrenador comenzó a contar aspectos de la vida de ese jugador: que su esposa se había ido con otro gallo y el apechugó con su hijo, el que lamentablemente se había caído al litro, pero que él le estaba poniendo todo el empeño para que el muchacho saliera de ese vicio. "Se juega como se vive" terminó diciendo.... se juega como se vive...

Si hiciera una comparación de mi vida con el fútbol, diría que yo soy como esos equipos de medianía de la tabla. Que pierde más partidos que los que gana. Que no le importa mucho levantar copas, porque lo más importante es jugar.

Pero cada cierto tiempo, se producen milagros. Cada cierto tiempo, los astros se alinean y el equipo que siempre perdía empieza a ganar, pasa por una racha de triunfos impensados, que nadie tenía en los cálculos, y que sin darse cuenta, se encuentra jugando por el campeonato del mundo... y gana.. con un gol al último minuto y contra todo pronóstico... gana.

A riesgo de parecer superficial, y espero que no encuentres nada que ver esta comparación, tu fuiste mi copa del mundo. Mi campeonato impensado que nunca pensé que iba a jugar. La estrella más importante que los equipos lucen en su insignia y que la observan cada vez que el partido se hace muy difícil, y que piensas incluso en el retiro. La alegría más grande que cualquier equipo chico pudiera lograr alguna vez.

Ahora, he vuelto a perder más encuentros que los ganados, pero la alegría de mi copa del mundo nadie, pero absolutamente nadie, me la pude quitar...



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