Tercera Cuota: Período Sicodélico

Buenos Días, Buenas Tardes o Buenas Noches querida cibernauta...

Después de conversar contigo, empecé a buscar temas para analizar en este cómodo sillón, y se me vino al cráneo lo que me preguntaste, acerca de la denominada "crisis de los 40". Hermosisima lectora de este blog, tal como te comenté, creo que no estoy en esa crisis, pero creo entender, por lo me me manifestaste, estas pasando... y si... tuve una crisis existencial hace años. Creo haberla comentado contigo hace algún tiempo, pero como todo queda mejor por escrito, pasaré a detallarla a continuación, a ver si te sirve para aplicar algo de esto a la situación por la que estás atravesando.

Corría el año 1997 y un joven y apuesto muchacho ingresaba a estudiar historia a la Upla. No se qué habrá pasado con el, pero yo venía detrás, y crucé la puerta justo después. Meses antes había pasado por una difícil situación, al haber abandonado la promisoria y, ciertamente mejor remunerada ingeniería civil eléctrica en la Católica. Esos meses desconectado del resto del mundo me sirvió para hacer un balance de esos 17 años de vida, y el resultado había sido más negativo que positivo. Consideré que me había perdido muchas cosas, principalmente por mi carácter. Me había autorestringido de vivir diferentes situaciones, ya sea por la educación autoritaria de mis papás y por mi excesiva timidez. Una de las cosas que más me mortificaba era no haber conversado nunca con cierta hermosa compañera que siempre estuvo en mi mente (bueno ya sabrás a que me refiero). Sentía rabia por el tiempo perdido y me mentalicé en tratar de recuperarlo.  Por todo esto, venía decidido a vivir nuevas experiencias y dejar de lado mis prejuicios. Creo que ahí empezó verdaderamente el período sicodélico...

Lo primero que hice fue participar en las actividades mechonas. El año anterior, me había restado de cualquier tipo de cosas que me distrajera de los estudios, y nunca conocí verdaderamente, la denominada "vida universitaria", pero el hombre rudo que había nacido no dejaría pasar, nuevamente, una oportunidad. La bienvenida en términos simples, era una gran tomatera, en un sito eriazo cerca de la playa "Las Torpederas", conocido como "La Alcantarilla". El nombre era más que adecuado, porque por ese espacio, que también se utilizaba como una improvisada cancha de fútbol, era atravesado por un enjambre de tubos de desagüe, bien ordinarios te diré (poniéndome en tu mente de cuica, jajaja) A todos nos habían quitado durante una hora de clases, el pase escolar, y para recuperarlo debíamos asistir a tan magno evento. Al momento de escuchar tu nombre, debíamos ir al frente y recibir un vaso chico de plástico, que contenía un brebaje que correspondía a un vino contenido en una tradicional garrafa. Cuando me nombraron, recibí el vaso y lo bebí rápidamente, ante el júbilo de mis futuros connotados colegas. Si bien es cierto alguna vez probé vino, no más de un sorbo, era la primera vez en la vida que tomaba trago. La verdad, no me gustó, pero no podía arrugar ante tan elegante audiencia.

Después de tomar, me senté junto a mis nuevos compañeros y empezamos a conversar. De verdad, no tenía ganas de tomar, pero uno de esos jóvenes llegó con un trago de vino mezclado con Coca Cola.. si.. el tradicional "Jote". El sabor de este líquido me pareció mucho más soportable que el vino solo, y pedí un vaso. Creo que al segundo o tercer vaso, ya estaba conversando alegremente con todos. Es más, varias veces llevaba el ritmo de la conversación y hasta se reían de mis tallas fomes. Salvo con mis amigos del fútbol, nunca había compartido con la gente de esa forma. De ahí en adelante, siempre me llamaban para los carretes universitarios, pues quedé tildado como buen conversador (mira tu, a lo mejor si hubiera tomado algo en el liceo, me recordarías como el bueno para conversar, y no como el niño mudo). Bueno, con los primeros tragos todo bien, pero llegó un momento en que bajé la cabeza y creo que todo cambió.. me parece que fue solo un abrir y cerrar de ojos, pero cuando levanté la cabeza el escenario había cambiado drásticamente... pasamos de un grupo de alegres jovenes riendo y debatiendo sobre temas filosóficos y políticos a un verdadero cuadro de guerra... personas tiradas en el suelo en evidente estado etílico (como huasca de curados) otros vomitando entre los matorrales, las caras deformadas por los efectos del licor, y un sol que quemaba sobre nuestras cabezas... En ese instante me levanté y todo me daba vueltas. Dándome cuenta que yo también estaba ya en calidad de zombi, tomé mi mochila y sin despedirme de nadie, comenzé a bajar hacia la playa. Esperé la micro en el paradero y me fui zzzzz en la micro. Mi primera curadera. Me sentía realizado...

De esa manera comenzó la vida universitaria. A la semana siguiente nos hicieron una peña de recibimiento en el tradicional "Roma", en donde el trago oficial era el "Navegado". El ambiente era super entrete, y con los compañeros de curso nos hicimos asiduos a esos eventos. Fue en una de esas peñas, y ya envalentonados con tantos navegados, que nos animamos con dos compañeros más a tocar en uno de esos shows. El antiguo yo ni siquiera se hubiera animado a subir al escenario, pero como ya estaba decidido a no arrepentirme de no haber hecho cosas, pensé "démosle no más, si total con los marditos ya nos habían pifiado muchas veces y no le tenía miedo al rechazo" Al principio tocamos dos canciones (creo que una de los prisioneros y otra de los miserables) y nos aplaudieron tibiamente. Sólo nuestros compañeros de curso nos aplaudieron, y nos pidieron otra. Como no habíamos ensayado nada, le dije a un compañero que tocaramos una canción de monos animados que siempre tocábamos en los asados. "El Festival de Robot". quedó la escoba. Todos los vejetes se la sabían y nos empezaron a pedir más. Creo que tocamos todas las de pipiripao y nos sentíamos como rockeros, hasta copete nos regalaron...

Pasar del alcohol a la marihuana hizo este período más sicodélico.... pero eso quedará para una segunda parte.... son las 1 de la mañana del jueves y mañana tengo pega... pero si te gustó, te relataré más en el próximo capítulo... Ahhh aquí va un adelanto de la música de fondo de este extraño período..... Te quiero mucho, bella cibernauta..



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