Cuarta Cuota: Los Planes

(Introducción: Este post lo empecé a escribir la semana pasada, después de hablar contigo)

Ayer en la noche, hice dormir a Bastián el destructor y después de ordenar la casa, preparar el almuerzo y  revisar algunos trabajos atrasados, me pude sentar un rato. Te confieso que siempre me deja una extraña sensación conversar contigo. Quedo súper alegre y repaso parte de lo que hablamos. A veces, tomo el peso de algo que conversamos un rato después, porque, y aquí va otra confesión, todavía me pongo nervioso al hablar contigo… qué extraños poderes tienes ejerces sobre mi, hermosa mujer cuica… es algo que quizás nunca entenderé…

En esos instantes de meditación, abrí el celular, y en una de las páginas de Facebook a la que estoy inscrito, aparece la siguiente frase: “Toda persona que te motive a crecer es alguien que vale tener la pena tener cerca”… Changos, será un mensaje casual o todo tiene su lógica?... Ya te había comentado que eso que me dijiste, lo de ser conformista, lo encontré totalmente verdadero, y no te miento al decir que, a veces, las verdades duelen… Será ese uno de tus superpoderes??? Como te he dicho en más de una ocasión, lo primero que me llamó la atención de ti, bueno, por supuesto aparte de tu incomparable belleza (por qué eres tan bella, es injusto para el resto de la humanidad que así sea) es ese no se que que irradias.. es imposible estar bajoneado junto a ti, es imposible estar negativo, todo se ve tan bien a tu lado, podría haber un terremoto grado 9, un maremoto de características apocalípticas y una invasión alienígena, todo junto, pero estando junto a ti igual sería el mejor día de la vida… Tu alegría es contagiosa, te siento tan llena de vida, pese a los problemas que puedas estar enfrentando, que contagias eso, por favor, no pierdas nunca ese don…

Hace años, muchos años atrás, siempre estaba lleno de proyectos. Quería estudiar inglés (hice dos niveles) y se me había metido en la cabeza estudiar periodismo. Lo único que me detenía era el campo de trabajo de la carrera, ya que creí que no podía darme el gusto de estudiar algo que no me fuera rentable. Así es que tomé la decisión de afianzarme en el colegio, tomar más horas, y tener un respaldo económico que me permitiera darme ese gusto. Entonces me puse  a trabajar y a acostumbrarme a vivir solo, como tantos años lo había planificado. Esos años, como desde los 23 a los 27 fueron súper entretes, además que sentía que estaba realizando lo que tenía como plan. Pero todo cambió muy de repente. Nunca planifiqué emparejarme, ni irme a vivir con otra persona, al menos no tan luego. No se si decir “bueno, las cosas se dieron así”. Viéndolo en perspectiva creo que quería ayudarla a ella, pues también tenía una historia familiar bien dramática, y en general no lo había pasado bien en la vida. Pero uno no puede hacerse cargo de otros, ni menos, como dijo el sabio doctor house “tener el complejo de dios”. Con el tiempo, empecé a funcionar para cumplir más los planes y deseos de otra persona que los míos. Fue bien extraña la situación, porque nunca tuve tiempo para preguntarme si lo que estaba haciendo era lo que quería hacer. Pasé de vivir solo a tener una familia instantánea. Una pareja, dos hijos y cuentas por pagar. En esos días el ingreso de la casa era solo mi sueldo, por lo que tuve que aprender a hacer cundir el dinero lo más posible. A mi nunca me había importado eso, de hecho, nunca he sido gastador, pero el estrés de llegar a fin de mes me empezó a pasar la cuenta.

Bueno, con el tiempo vinieron las discusiones, el amargarse, el convertirse en una persona que andaba todo el día enojada… no, si ni yo me soportaba.
Con el tiempo, tomé conciencia que no podía seguir así, no sólo me amargaba yo, sino que también a todos los que me rodeaban, y también vino el primer episodio de infidelidad de badface, que también me hizo replantear muchas cosas. Incluso si había cometido un gran error al embarcarme en este proyecto.. el tiempo me confirmó que si…

Sin embargo, lo que no cambió fue la mirada cortoplacista que ya había adquirido. Ya no tenía proyectos ni planes. Sólo vivir el día para terminarlo de la mejor forma posible. Fome, muy fome.
Pero llegó el remezón que fue saber que iba a ser papá. Me habían dicho que, por el cáncer lo más probable era que no podría tener hijos, pero llegó él. Ahí cambió todo, el sería la principal causa para levantarme y para trabajar, además tuve tanto tiempo para pensar como quería ser como padre, que estaba feliz. No te miento que fue un sacudón grande cuando me dieron el diagnóstico de autismo. Empezar a informarme en que consistía, y la incertidumbre de no saber que podría hacer y que no me angustió mucho. Lo único de lo que si tenía certeza era que siempre estaría a su lado.
Pero estos meses, también comprendí que no puedo dejar mis deseos personales a un lado. Tengo que volver a tener proyectos y planes. Tengo que enseñarle a mi hijo que la vida es más que pagar cuentas y rendir en el trabajo. Que hay que vivirla.
Tu tienes mucho que ver con esto. Como te he dicho tantas veces, llegaste para despertarme. No solo en sentirme valorado nuevamente, sino que también para darme impulso para darme cuenta que los 40 no son nada, que aún queda mucho por hacer y no quedarse acostado mirando las manchas del techo.
Me gustaría ser algo así para ti también. Darte impulso para que realices tus planes, me encanta que estés tan llena de vida, tanto que contagias. Pese a todo, no pierdes esa sonrisa maravillosa que tienes, esa sonrisa que no me canso de mirarla cada vez que estoy junto a ti, y que solo puedo dejar de admirarla para besarla…


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